Pasaban los días del primer semestre de 2006, días en los que para variar me acompañaban cuadernos y odiosas clases en la universidad. Afortunadamente algunos discos que pensé no encontrar, girarían una y otra vez en mi destartalada radio, haciendo aquellos días menos insoportables para mí.
Bastaron escasos minutos de una mañana para enterarme que mis queridos fuckin estaban próximos a lanzar su tercer disco: Sha-la-la.
Los días pasaban, y luego de que mi madre se hartara de escucharme y me comprara por fin mi reproductor mp3 -bastante caro por aquellos días-, luego de terminar una relación quimérica con una chica de tv; llegaría al fin el día de poder escuchar el nuevo y tan esperado disco.
Sha-la-la, es sin duda alguna un disco parejo, un disco con canciones simples, un disco fácil de oír. Pero aquellas canciones simples de tres acordes, se convertirían majestuosamente en mi banda sonora por aquel entonces, y por qué no decirlo, en el soundtrack que me acompaña hasta hoy de mi simple vida.
Fuckin twist y Sha-la-la: de lo más divertido.
40 días e Impro #11: el lado lastimero.
Sobrio otra vez: ¿acaso una oda a la soledad?, sí.
Vivimos en tiempos extraños: el estilo más fiel al que nos tenía acostumbrados Franzua.
Terminal blues: el lado mas 'achori' de Pipe.
El disco que marcaría el fin de Los Fuckin Sombreros, y el comienzo desesperado de sus seguidores para que los pidiéramos de vuelta a gritos.
